Salmo 139:16 Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas. Reina-Valera 1960
Este versículo destaca la soberanía, conocimiento y cuidado íntimo de Dios sobre cada ser humano, incluso antes de nacer. Nos enseña que Dios tiene un propósito para cada vida, desde su concepción, y que Su plan es perfecto y detallado.
Padre santo, guarda, bendice y fortalezca a quien lea esto corto mensaje que nos da tus sagradas escrituras.
Cuando Luciano Pavarotti era niño, su abuela, con frecuencia, le decía: “¿Serás grande? ¿Ya lo verás?” Sin embargo, los sueños de su abuela eran verlo convertido en un gran banquero. En lugar de eso, Pavarotti fue maestro, enseñando por un tiempo en un colegio primario y cantando en ocasiones especiales.
Su padre fue quien realmente lo motivó a desarrollar su voz, reclamándole que podía hacerlo mejor cada vez que cantaba, porque tenía más potencial. Finalmente, a los 22 años, Pavarotti dejó de enseñar para vender seguros y continuó buscando algo estable en donde pudiera apoyarse financieramente, en caso de no tener éxito en la música.
El negocio de los seguros le permitió tomarse el tiempo necesario para tomar lecciones de canto, y ya el resto es historia. Todos conocemos quién es Pavarotti, una figura destacada de la música lírica con una voz espectacular en la ópera.
Una vez, en una entrevista, dijo: “Estudiar canto fue el momento del cambio en mi vida. Es un error seguir en la vida del camino seguro.” Además, agregó con un guiño en sus ojos: “Mi maestro me preparó, pero ningún maestro me dijo jamás que iba a ser famoso, solo mi abuela lo hizo.”
Al leer la historia de Pavarotti, reflexioné que definitivamente necesitamos valor para dejar un puesto que consideramos seguro y comenzar una nueva dirección. Si no te atreves a arriesgarte, nunca descubrirás tu verdadero potencial ni sabrás lo que Dios quiso que fueras.
Recordemos que no podemos descubrir nuevos océanos si no tenemos la valentía de perder de vista la orilla. Hay que seguir remando, hay que seguir avanzando. Como dice la Palabra de Dios en Salmo 139:16: “Me viste antes de que naciera; cada día de mi vida estaba registrado en tu libro. Cada momento fue diseñado antes de que un solo día pasara.”
Los pensamientos que Dios tiene de ti son los mejores. El asunto es arriesgarse. Me encanta afirmar con palabras a los pequeños que tenemos a cargo, a nuestros hijos y nietos, diciéndoles que deben ser felices, alcanzar sus sueños y que son sabios, inteligentes y temerosos de Dios. Yo no tuve esas afirmaciones de pequeño, pero un día aprendí que tenía un Padre eterno que tiene los mejores planes para mí.
Aplicaciones prácticas del Salmo 139:16
- Confianza en el plan de Dios
Saber que Dios tiene un propósito para nosotros desde antes de nacer nos invita a vivir con fe, incluso cuando enfrentamos incertidumbre o desafíos. - Afirmar el valor de la vida
Este versículo nos llama a respetar la vida en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural. Es una base bíblica para defender la dignidad y el cuidado de cada ser humano. - Vivir con propósito
Si Dios escribió «nuestros días» en Su libro, significa que nuestra vida no es un accidente. Somos llamados a buscar Su voluntad y vivir en obediencia a Su propósito para nosotros.
¿Cómo descubrir lo que Dios tiene para cada uno de nosotros? Dentro de ti late fuertemente eso para lo cual has sido diseñado: lo que te agrada, tus habilidades y dones. Pero a veces no los desarrollas porque te aferras a algo seguro, como lo hizo Pavarotti con su trabajo en seguros. Sin embargo, él arriesgó y cambió su destino porque tenía un talento y un don.
¿Qué don o talento tienes dentro de ti que no has explorado? Hoy te invito a entender que Dios tiene planes mejores, que te vio antes de que nacieras, y que en el libro de la vida está registrado el diseño que Él tiene para ti.
- «Mi embrión vieron tus ojos»
- Dios nos conoce desde antes de nuestro nacimiento.
El término «embrión» indica que Dios estaba al tanto de nuestra existencia, incluso en el estado más temprano de desarrollo. Esto subraya el valor y la santidad de la vida humana desde su concepción. - Dios está involucrado en nuestra formación.
Este detalle revela que Dios no solo observa, sino que está activamente involucrado en el diseño de nuestra vida. Esto concuerda con el contexto del Salmo 139, que describe como Dios nos «tejió» en el vientre materno (v. 13).
- Dios nos conoce desde antes de nuestro nacimiento.
- «En tu libro estaban escritas todas aquellas cosas»
- Esto sugiere que Dios tiene un plan definido para cada persona.
En «Su libro», se refiere al conocimiento previo de Dios, Su propósito y los días de nuestra vida. Esto no significa que estamos determinados sin libertad, sino que el plan de Dios es perfecto y soberano.
- Esto sugiere que Dios tiene un plan definido para cada persona.
- «Fueron luego formadas, sin faltar una de ellas»
- Aquí se enfatiza que nada escapa al control y propósito de Dios.
Cada detalle de nuestra vida —nuestro cuerpo, nuestra personalidad y nuestras circunstancias— fue diseñado con intención. Nada ocurre al azar bajo Su providencia.
- Aquí se enfatiza que nada escapa al control y propósito de Dios.
Que Dios nos ayude a encontrar el propósito que Él planeó para nosotros.
Conclusión
El Salmo 139:16 es un recordatorio de que cada uno de nosotros es único, valioso y parte de un plan divino. Dios nos conoce profundamente, nos formó intencionalmente y tiene un propósito para nuestras vidas. Este conocimiento nos debe llevar a confiar plenamente en Él, vivir con propósito y valorar cada vida como una obra maestra de Su creación.