«Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.»
Filipenses 4:8 Reflexión:
En este comienzo de año, este versículo nos invita a enfocar nuestra mente en aquello que edifica, que agrada a Dios y que trae paz a nuestro corazón. Es un llamado a transformar nuestra forma de pensar, alejándonos de lo negativo y fijándonos en lo bueno y virtuoso.
A medida que damos la bienvenida al nuevo año, hagamos un compromiso de cultivar pensamientos que reflejen la verdad de Dios, el amor hacia los demás y la gratitud por Sus bendiciones. Dejemos atrás el temor y la preocupación, y enfoquémonos en la esperanza, la justicia y la bondad.
Es crucial tener precaución sobre lo que permitimos que nuestros sentidos capten y lo que acumulamos en nuestra mente y corazón. Cada pensamiento, cada sensación, se asemeja a ladrillos que, uno tras otro, construyen una gran edificación o a piedras que levantan fortalezas.
Si permitimos que pensamientos negativos invadan nuestra mente —como “estoy solo”, “Dios me abandonó”, “no hay salida”, “todo es un fracaso”— estos se convierten en piedras que se acumulan, formando fortalezas de temor y derrota. Estas fortalezas nos mantienen prisioneros, como si una muralla nos impidiera ver más allá. Si alguna vez te has sentido así, te invito a reflexionar sobre los pensamientos que has permitido que entren en tu vida en los últimos días.
Recuerda que un pensamiento negativo tras otro construye derrotas. A medida que el tiempo avanza, nuestra mente puede imaginar desenlaces peores. El libro de Job nos advierte que lo que más temía Job le sobrevino; los pensamientos negativos se unen y forman cárceles que nos limitan.
Por el contrario, si llenamos nuestra mente con la palabra de Dios y sus promesas, comenzamos a construir una fortaleza protectora. Ante un diagnóstico médico negativo, podemos afirmar: “El Señor es mi sanador”. Esto es posible porque hemos edificado una fortaleza en Dios, fundamentada en su Palabra y oración.
El apóstol Pablo nos instruye en 2 Corintios 10:3-5 a capturar nuestros pensamientos y hacer que obedezcan a Cristo. Debemos utilizar los poderosos recursos que Dios nos ha dado para derribar las fortificaciones que el enemigo ha levantado en nosotros. En Filipenses 4:8, Pablo nos anima a pensar en todo lo bueno y agradable, porque los buenos pensamientos transforman nuestra vida.
Te invito a ser consciente de lo siguiente:
- Los pensamientos negativos construyen fortalezas que nos limitan.
- Meditar en las promesas de Dios edifica una protección en nuestra vida.
- Los pensamientos influyen en nuestra forma de vivir: si piensas mal, vivirás mal; si piensas bien, vivirás bien.
- Solo con Cristo podemos obtener la victoria sobre pensamientos dañinos, ya que Él es nuestra fuente de poder.
No permitas que tu mente y corazón acumulen basura. Oremos juntos:
Señor, gracias por cada persona que lee este post en este tiempo de oración. Te pedimos que nos ayudes a cuidar nuestros sentidos. Perdónanos por permitir que nuestros sentidos reciban cosas que no traen crecimiento espiritual. Hoy decidimos llevar todo pensamiento cautivo a tu obediencia y en tu nombre, derribar toda fortaleza levantada en nuestra contra. Reconocemos que en Ti encontramos nueva vida y esperanza. Amén.